CUBACRONICA III: Vampiros en La Habana – El Barbaram
Dijo Txema (su memoria me ayuda a llenar las lagunas de la mía), estuvimos hasta las 6 en casa de Malena y bajamos a dormir en el Hotel Vedado.
Eduardo Parra Istúriz
A las 9 estábamos ya de nuevo en el restaurant para reponer energías y aguantar lo que prometía ser un domingo especialísimo de pre despacho tropero. Como he dicho antes, los desayunos son muy buenos y permiten aguantar todo el día sin mayores complicaciones. Esta vez la tropa ya tenía consistencia porque había llegado el piquete neogranadino, que al final resultaron ser 14.
¡Salgan, joeputas!
La joda del día fue el susto que le pegué a Edwin Ciro y sobre todo a Carlos Cardona, que de vaina se lanza por la ventana. La que les apliqué fue un procedimiento policial de amedrentamiento que consiste en golpear fuertemente la puerta y gritarles que es la policía. Cuando les grité con todo el acento cachaco que pude “SALGAN JOEPUTAS, QUE ES EL DAS”, a más de uno se le enfrió el guarapo y le debemos únicamente a una imprecisión que Cardona no se haya lanzado al vacío.
Resulta que el DAS fue uno de los cuerpos represivos de la “justicia” colombiana, país en donde ser de izquierda es un riesgo en sí mismo. Como el DAS ya no existe, estos pobres pudieron entender que era una broma y los corazones volvieron a latir… ¡me reí como media hora junto a Ana, Txema, Ciro, Alfonso, Edwin y Carlos!
Superado el incidente, nos dirigimos una vez más al cuartel general: la casa de Malena. Esta vez la excursión, que contaba con varios de los colombianos, Ciro Biggi, Txema y etcétera, se fue diluyendo, hasta caer a gotero en donde nuestra queridísima Malena.
Esta vez la tertulia fue mucho más nutrida; la presencia de Colombia y Brasil, añadidos al paquete inicial, permitió establecer vínculos y comparaciones entre las diversas realidades de nuestros países; y constatar cómo lo que ocurre a nivel micro en los barrios de Caracas y la favela de Brasil se reproduce en versión gigante en Colombia y México, siempre tras el control del narcotráfico, y siempre con el mismo
consumidor / observador / regulador. Es un mercado perfecto.
Pero bueh… ese tema se extendió mucho pero había que ir al Pabellón Cuba a buscar yonosequé… me fui para allá en un arranque de inercia y solidaridad tropera (o pa no quedarme solo, no sé) y OH SORPRESA… cuando estoy en 23 y M junto a Oswaldo (La Joya) y Edwin Alfonso (El Abuelo) , volteo a la izquierda y veo a una mulata despampanante, y me digo entre el asombro y la certeza “¡coñoooo, pero si esa es Glendita!… la saludé y ella como que nos iba a pasar por alto, pero coño, eso de que te llamen por tu nombre suele funcionar.
Le dije: “soy Parra” y entonces reacciono. Ahí la bauticé EX Glendita porque con ese tamañote no se puede ser ITA. Ella tenía que ir a nosequemás pero mucho más tarde, así que dejamos al Abuelo en el Pabellón, se nos incorporó Richy Ramos y ahora sí bien guates, subimos al Yara y en la pizzería de al lado nos comimos no una, sino dos pizzas…
Conversamos tanto que casi llegamos tarde a la cita de ese día: El Barbaram.
El Barbaram
Se trata de un local maravilloso que se inspira en aquel animado “Vampiros en La Habana”, y que está lleno por dentro de muñecos que imitan a la perfección a los originales de la película, sólo que estos son de tela y en tres dimensiones. Los vampiros habaneros cuelgan de las paredes en posturas medio imposibles, dado que están completamente ebrios, como corresponde a un vampiro que se respete, si está en el Barbaram.
Cuando entramos. TODA LA TROPAAAAA… allí nos esperaban los 30 rostros queridos que tanto extrañé: Mandy y Evianka, con el pelo corto que le luce muy bien; Lulú (mucho más delgada, pero igual de linda) y
Stitch (con más canas jejeje); Nayda y Laurita; Nuris, Yoel, Manolito y Momo (que está más gordo coño) y su esposa; y un grupo de troperos no cubanos: Luis Martínez (Costa Rica), Denisse Santiesteban (Perú), ¡el piquete chileno po! (ojo escribí piquete, no paquete); Sandrita (Argentina), y que me perdonen si me salté a alguien…
Allí asistimos a la presentación de varios trovadores cubanos, entre los cuales recuerdo claramente a Inti Santana, quien sigue creyendo que es sólo un paripé. Yo veo que Inti lejos de ser un paripé, ha mejorado 500% de 2007 a hoy, tanto en soneo como en afinación; y además tiene unos temas muy buenos.
También estaban presentes otros trovadores pero lamentablemente se me escapan los nombres porque EDWIN CIRO no me ha entregado mis audios Y SI NO ME ENVÍA LOS ARCHIVOS LE VOY A MANDAR AL MAN DE LA MOTO…
Abrazos, abrazos, saludos, y los pobres trovadores “¡Caballero déjennos tocaaar!” y nosotros seguíamos en el desorden y la cosa prometía extenderse durante horas… estuvimos como 40 minutos entre abrazo y abrazo, y qué ambiente de verdad el que se respiró en medio de tanto vampiro.
Salimos de ahí no sé ni cómo ni cuando, ebrios de ron, de bucanero, de abrazos, de cosmotropina y no sé qué más… y nos fuimos a casa de Mandy, mi hermano, en donde el piquete chileno nos demostró que en Chile también se hace salsa de la buena (me deben esos discos)… y allí se armó la vaca (la colecta) para comprar PLANCHAO, la vitamina que nos alimenta cuando se nos acaba el Vampisol.
Entre los voluntarios para compañar a Yoel… no sé quien salió, pero no fui yo, que estaba ocupado en comprender el toque salsero mapuche, ¿cachai? y al rato regresó Yoel con el cargamento de Planchao: unos tetra brick que traen como 200 ml de ron cubano, la vaina más ingeniosa que he visto para vender ron.
En medio de la joda, aparece ahora Richy con un nuevo grupo de troperos, y ahí se nos juntaron La Fiera Angel Luis, con su inseparable amigo José Ángel; los bogotanos Carito Peña, Andrea Patricia, Andrés Calzada y el resto de los colombianos, a quienes ya habíamos visto más temprano. Ahí también se apareció un man que luego me acompañaría durante tooodo el viaje: Héctor Trujillo; tremendo parcero. En casa de Mandy conocí a Estela (hermana de Mandy) y Alejandro, una pareja lindísima y con quienes luego compartiría mucha conversación en el resto del encuentro y sobre todo en la playa del campismo Pero eso es otra crónica.
La cosa es que de casa de Mandy me llevé un recuerdo imborrable: LA SANTANILLA.
LA SANTANILLA es el nombre que le dan a una especie de hormiga anaranjada y muy pequeña que pica como diablo… yo estaba tocando a saber cuál tema, convenientemente apoyado en un arbolito, cuando de pronto siento un ardor desde la axila hasta el codo izquierdo, por el lado interno del brazo… y la canción era laaaaaaaaarga la hijoep… así que había que aplicar la fórmula “ajo y agua”: a joderse y a aguantarse.
Cuando por fin terminé la canción manifesté a viva voz mi descontento con el tratamiento que se le da a los extranjeros en los jardines locales. Pero Loreto llegó con la salvación, al colocarme un anestésico local que me ayudó muchísimo. Gracias Loreto, beso apretao.
La salida de allí fue en caravana de ebrios, y tomamos un bus como a las 3 de la mañana, que nos llevó hasta Vedado otra vez. Dejamos a Malena y Richy en su aposento y seguimos camino al hotel Vedado.
Peeero… como el que hace fotosíntesis soy yo, esta gente tenía hambre. Así que para terminar un grupito muy pequeño, creo que éramos siete, terminamos en el cafetín del Habana Libre y mientras los organismos comunes restituían fuerzas, Carito Peña y yo nos quedamos sin comer porque, al cabo, no teníamos hambre. De ahí al hotel El Vedado, en donde parte del grupo final fue protagonista de LA TOMA DE LA PISCINA a las 5 de la mañana… con ropa y todo (creo que tenían ropa, o al menos eso
me dijeron)… y de ahí los sacaron con apoyo policial (casi)…
Esta vez no amanecí en el Malecón; pero sí sé que lo pasé de maravilla por tercer día consecutivo, y no sospechaba todavía lo que venía en camino.
(Continuará)