Sociedad

La Planta, retoño de una semilla que lleva décadas sembrada

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Como todos sabemos, el penal de La Planta y en general las cárceles venezolanas son un verdadero desastre. Hace pocos días una amiga francesa, que vivió cuatro años en Venezuela, colocó este video y luego preguntó en su muro del Facebook, qué opinábamos al respecto.

Copiaré las respuestas que coloqué en su momento, con la que trataba de explicar lo que ocurre en La Planta, y algunos trazos de lo que se vive en nuestro país; los cómo y los porqué de una mala semilla que miramos con indiferencia, y la dejamos crecer como a uno de los míticos baobab de El Principito.

Aquí la serie de respuestas:

En primer lugar es absurdo que los reos intenten negociar condiciones con el Estado. La razón por la que se suspendió la visita es porque, precisamente, durante una visita armaron una fiesta y terminaron matando a una muchacha… la medida del Gobierno fue suspender la visita indefinidamente y proceder a una revisión exhaustiva del penal a ver qué tienen allá adentro. Evidentemente, encontraron un arsenal
gigantesco.

Luego, estos personajes representan a un colectivo en el que los líderes dispararon a mansalva hacia la calle y terminaron matando a un señor que estaba en su casa, a 400 metros del penal. Ahora están intentando chantajear a la gente diciendo que es culpa de una ministro o del sistema.

Hay una cosa en la que sí tienen razón: es inaudito que los presos tengan armamentos, celulares, cámaras y demás, porque quienes están privados de libertad deben ser, antes que nada, incomunicados. Un preso con un celular es un señor que se comunica con la gente que tiene afuera para planificar nuevos delitos.

Se calcula que el 80% de los secuestros en Venezuela son planificados desde las cárceles y el pago de rescates sirve para sostener los altísimos costos de la vida dentro de los penales.
Allí hay gente que maneja miles de millones de bolívares desde adentro, que tienen esa plata allí guardada y esa es la razón por la que no quieren salir.

Otro amigo, llamado Martín Velarde, planteó lo siguiente:

Soy partidario de que las fallas en el sistema penal venezolano y cualquier sistema llámese de salud, educación, deportes es producto de la negligencia de sus autoridades correspondientes, las cuales no tienen el valor del trabajo, deber y respeto al otro. Valor que no solo esta perdido en las autoridades sino también en el venezolano que camina por las calles. En algún momento de la historia de Venezuela se dejaron de
enseñar valores y empezamos a criar corruptos, ladrones, negligentes, flojos e irrespetuosos. Venezolano la solución esta en la educación y verás como poco a poco se construirán ciudadanos de calidad que aboguen
por el trabajo duro y bien hecho.

Lo que motivó una explicación más compleja:

La combinación del petróleo con una serie de factores produce esta manera de ser del país.

Trataré de resumirlo, aunque en realidad no sé si es posible hacerlo. Yo creo que los factores claves son los siguientes:

1) La riqueza fácil a partir del boom petrolero de los años ’70 y el hábito de ser un país de economía rentista. Es importante aquí tener en cuenta:

2) La ubicación geográfica del país, unido a la riqueza petrolera nos convirtió en un espacio estratégico para Estados Unidos en los años de la Guerra Fría. Me explico: los planes de las petroleras Shell, BP, Mobil, Esso, Exxon (en esa época estaban separadas) se unieron a los planes de empresas como Ford y General Motors Company para determinar que, por ejemplo, en Venezuela se suspendieran los planes ferroviarios.
Eso garantizaba que el país más rico en petróleo consumiese buena parte de su propio recurso ¡comprándoselo a las trasnacionales que lo extraían! y que todo el transporte de mercancías se efectuara en vehículos a gasolina. Así, debíamos comprar vehículos y repuestos. También es importante el papel que cumplió Venezuela cuando Cuba se declaró comunista. A nosotros nos tocó ser el país que vigilase la vertiente sur del Caribe y por eso, este país era el único que tenía aviones F-16. En el 74, con Pinochet, los chilenos también tuvieron F-16.

3) La corrupción.
No es un fenómeno nuevo ni exclusivo de la 4ta o la 5ta república. La clase política del país es corrupta desde el gobierno de Páez (1.835); pero con más plata, más corrupción. A partir de la “nacionalización del petróleo” el grupo que nos gobernó permitió que cualquier interés particular estuviese por encima de los intereses nacionales; incluso los de particulares extranjeros. Con tanto dinero, un sistema que ya tenía fallas comenzó a colapsar, al estilo del Imperio Romano. Usted podía comprarlo todo: jueces, abogados, leyes, ministros, presidentes… y en un sistema como este, el que tiene más dinero mueve todo a su antojo…

‎4) El desarraigo de lo nacional. Aunque en Europa el tema del nacionalismo es delicado por cuanto condujo a graves enfrentamientos, en Latinoamérica no ha sido así. nuestras diferencias nacionales son minúsculas en comparación con las que existen en otros continentes. Pero como país rico, fuimos (y somos) receptores de grandes movimientos migratorios que pudiéramos clasificar así:

a) Muchos estadounidenses para dirigir la industria petrolera.
b) Millones de colombianos desplazados por el confliecto interno de ese país
c) Miles de italianos, portugueses y españoles que habían llegado tras la Segunda Guerra Mundial.
d) Migración del resto de Latinoamérica, en menor escala.

Eso nos convierte en un país muy diverso, multiétnico, multicultural, abierto, generoso, comprensivo… y todo eso es muy bueno; pero con los medios de comunicación, las petroleras y las empresas de transporte en manos extranjeras, los medios tuvieron libertad para desconfigurar nuestra identidad nacional y sembrar la idea en nuestro pueblo de que todo lo extranjero era mejor que lo criollo. El asunto es tan grave que los venezolanos, en 1981, éramos dueños del 60% de las viviendas de Miami, que sólo se habitaban durante el fin de semana. Ni siquiera apreciamos nuestra propia música, danza, y en cambio preferimos lo extranjero. Creemos que el whisky es mejor que el ron, o que la tequila es mejor que nuestro cocuy, por ejemplo.

5) El colapso de la moneda en 1984. Un sistema como el que te he descrito sólo puede dar como resultado algún tipo de grave crisis. En 1984 se anunció la devaluación del bolívar (para los no venezolanos, el bolívar es nuestro signo monetario), que pasó en poco tiempo de un estable 4,30 por US$, a 14. Ergo, un aumento de la inflación de 300% en menos de dos meses. Esto además, dirigido por políticos que a su vez eran dueños de grandes bancos y que aprovecharon para comprar miles de millones de dólares antes del anuncio de la devaluación. El resultado es que (y aquí sí que nos acercamos a lo profundo de lo social) los dos miembros de la pareja debieron salir a trabajar, quedándose los niños sin nadie que los cuidara en casa. Nuestro sistema educativo ya venía en declive y nuestras escuelas eran todas de medio tiempo. ¿Qué hacían los niños a partir del mediodía, al salir de clases? Ver Televisión.

6) La migración interna. La riqueza petrolera hizo que los campesinos de mi país se mudaran de sus pueblos hacia las ciudades; fundamentalmente a Caracas, Maracaibo y el eje Maracay – Valencia, en donde se manejan las grandes sumas de dinero. Esto tuvo dos consecuencias importantes, muy negativas:

a) Sin campesinos, no hay producción agrícola ni ganadera; o sea, el país debe importar la comida, reforzando lo mencionado anteriormente en torno al desarraigo.

b) Los campesinos llegaron a las ciudades, pero las ciudades no tenían viviendas para ellos. Así que debieron construir sus ranchitos en donde pudieron y con lo que pudieron. Una primera generación empezó a hacer pequeñas siembras en los solares libres de la ciudad, pero en cuanto llegaron los hijos, debieron ocupar esos espacios con más ranchos (chabolas, favelas) y la actividad agrícola desapareció. Paralelamente se daba en Colombia un proceso de siembra de una cultura del narcogobierno y narcotráfico que utilizaba la excelente ubicación de Venezuela como espacio natural de tránsito de la marihuana y la cocaína. Entonces algunos de nuestros campesinos (o sus hijos) debieron dedicarse al comercio, a los trabajos de oficina, pero pronto otros de ellos fueron captados por el sistema del narcotráfico, y comienza el proceso de putrefacción profunda de esos barrios, en donde originalmente había una cultura de trabajo importante, pero que luego debió enfrentarse a tiros por el control de plazas de venta de droga.
Cuando nuestros niños de los barrios se quedaron sin adultos en casa (DEVALUACIÓN MEDIANTE), quedaron a merced de los pequeños traficantes, que los usaban, primero, para avisar de la presencia policial, luego para hacer traslados de pequeñas cantidades de droga, y con eso, ya los habían enganchado en la vida del delincuente. Un día le daban un arma y aprendían a matar.

Ahora pongamos todos esos ingredientes en una coctelera, y comprenderemos por qué en Venezuela hay delincuencia aunque no haya hambre. Nuestros ladrones no roban para comer; roban para mantener su estatus en un sistema que los valora sólo por lo que tienen y no por sus potenciales intelectuales, artísticos o deportivos. Los asesinatos por un par de zapatos en Venezuela aparecieron en 1992, 1993… ¿alguien ha notado que esto ocurre a una década de la devaluación? Se trataba de la primera generación que se crió sin padres en casa y que ahora eran adolescentes.

Lo que vemos en esa cárcel es resultado de todo este desorden, y el descaro con el que el delincuente; quizá un asesino, reclama sus derechos al Gobierno, culpabilizando a una ministro que no llega a un año en ese cargo. Tiene que ver con que él sabe perfectamente que estar ahí con un juicio atrasado, sin abogados que se preocupen de su destino y sin posibilidad real de que se revise su caso; es resultado de la putrefacción de un sistema que no construye cárceles apropiadas, no agiliza los procesos judiciales, no clasifica a los presos de acuerdo a su peligrosidad y lo peor; no tiene control alguno sobre el recinto carcelario. En la Planta, como en cualquier cárcel venezolana, la autoridad la tienen efectivamente los presos. Pero no todos, sino los 10 presos que tienen muchísimo dinero y controlan el comercio de armas, drogas, mujeres, fiestas, camas, cigarros, celdas y lo que se te ocurra que quieras meter a la cárcel.

 

4 Comentarios

  • Anónimo

    esta planta despues que llega otro dueño a esa parcela debe retirarla,y plantar una nueva semilla de mayor vigor, regarla, abonarla, hacerle un mantenimiento fitosanitario, para que pueda tener buenos frutos y tu animal le hechas la culpa al campesino , estamos en el siglo XXI, donde vives tu , hermano, etica .Te escribe un campesino humilde, se ve que nunca has visitado a un campo. copion

  • Anónimo

    esta planta despues que llega otro dueño a esa parcela debe retirarla,y plantar una nueva semilla de mayor vigor, regarla, abonarla, hacerle un mantenimiento fitosanitario, para que pueda tener buenos frutos y tu animal le hechas la culpa al campesino , estamos en el siglo XXI, donde vives tu , hermano, etica .Te escribe un campesino humilde, se ve que nunca has visitado a un campo. copion

  • Eduardo Parra Istúriz

    Saludos, señor Anónimo (que ni siquiera la cara da) Le escribe otro campesino humilde. Después de haber aprendido a sembrar matas desde muy pequeño en los Valles del Tuy y haber pasado buena parte de la adolescencia en los campos de Pacairigua, algo del campo conozco.
    Le admito que se sienta ofendido, que haya interpretado mal mis palabras, porque evidentemente el campesino es la pieza más débil en todo este asunto y creo que lo dejé muy claro. Es la víctima de un sistema que lo condena al hambre a menos de que se doblegue y emigre a las ciudades, en donde poco a poco se va desnaturalizando su esencia dado el espacio físico que le tocó ocupar y la nula atención recibida como grupo humano.
    Lo que no puedo admitir es que me llame animal, y que encima se esconda bajo el anonimato. Vaya a que le hagan un mantenimiento mayor en las almorranas.

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