El Pez León ya está en la isla La Tortuga, ¡y es sabroso!
El pez león es un depredador terrible. Y el ser humano es una especie dañina, voraz; que aprovechando su rara combinación de pulgar opuesto y cerebro superdesarrollado, ha usado sus habilidades para destruir lo que se encuentra a su paso.
Eduardo Parra Istúriz
No obstante, hay humanos que se dedican a tratar de estudiar esos desastres y tratar de corregirlos. En esta ocasión hablaré acerca de mi viaje más reciente, en el que me encontré con gente que hace cosas buenas y que intenta ayudar a corregir un problema ecológico de reciente aparición. Se trata de la presencia del Pez León (pterois volitans) en las aguas del Caribe.
Existen varias especies del pez león, pero el que ha colonizado nuestras costas es el pez león colorado o pterois volitans (en la foto anterior). También se cuentan entre ellos los pterois antenatta, pterois miles, pterois radiata, pterois zebra y… en fin, todos tienen nombres que comienzan en pterois y pertenecen a la familia Scorpaenidae; por eso, a veces se le llama erróneamente, pez escorpión. Quienes sepan un poco de latín, habran captado que el nombre común a las variedades, pterois, se refiere a sus aletas (que parecen alas).
Para testificar todo ello, tuve el privilegio de viajar a Isla La Tortuga como parte del equipo de trabajo que organizaría la I Válida Nacional de Pesca del Pez León; un evento que combinó el interés científico, el deporte, el turismo, la música y la gastronomía. Para eso unieron esfuerzos el Ministerio de Turismo, la Fundación La Salle de Ciencias Naturales, Insopesca y los expertos en la pesca deportiva, la Fundación Top Fish Venezuela. El equipo de Arga se encargó de hacer registro fílmico del evento y también se trasladó a periodistas de varios medios a la localidad.
Para eso, se realizó un concurso de pesca deportiva con arpón, exclusivamente de pez león; y los ejemplares capturados se utilizaron para realizar estudios biológicos, y por supuesto, para comérnoslos, en el paraíso natural que supone la segunda isla más grande de Venezuela.
Lo que se procura con esto es que la gente comprenda que el pez león es comestible, que puede entrar perfectamente en la dieta del venezolano, y con ello estimular la comercialización de un pez que está destruyendo el ecosistema. Sólo el ser humano puede ser un depredador eficiente de esta especie.
La Tortuga
Se trata de una isla semidesértica, en la que sólo habitan, aparte de la rica fauna avícola marina, unas pocas personas (sobre todo pescadores y gente de la Armada Nacional) y unos chivos silvestres. También vi unas lagartijas negras que se parecen mucho a las que vi en un viaje a Los Roques que hice en 1992.Me aclara Oscar Lasso-Alcalá que las lagartijas de La Tortuga (cnemidophorus rostralis) son una especie endémica de la isla y que su descripción para la ciencia es reciente.
La isla está a 5 horas en peñero (unos 85 km) desde Carenero, en el Caribe venezolano, como ven en el mapa. La estrella indica el punto desde el que partimos hacia la isla.
Tomamos una imagen satelital de la isla para indicar en dónde exactamente estábamos ubicados. La estrella indica el punto exacto de nuestro campamento, en la cara oriental de Punta Delgada.
El problema ecológico
El pez león es oriundo de los océanos Índico y Pacífico, ejemplares se introdujeron en aguas de la península de La Florida y de ahí se han difundido por todas la costas del Caribe, y del Atlántico, amenazando con llegar incluso a Uruguay. Hasta ahora se ha registrado su existencia hasta Trinidad.
Como el pez vive en agua salada, se pudiera esperar que la desembocadura de grandes ríos pudieran detener ese avance; sin embargo, es posible que pasen por debajo del agua dulce, dado que resisten esas profundidades.
A todas estas, se preguntarán por qué no queremos que avance esta especie. La razón nos la explicó perfectamente el investigador de la Fundación La Salle, Oscar Lasso-Alcalá, al frente de un equipo de investigación de ensueño (suspiro…vean la foto), que completó sus planteamientos.
El Pez León es un depredador temible y es capaz de destruir el ecosistema de los arrecifes del Caribe, porque al igual que el humano, tiene un apetito voraz. Por su exhuberante sistema de aletas, luce como un alga flotante y no es reconocido por los peces autóctonos como depredador, ni como presa. Tampoco se preocupa de huir en presencia de los buzos. Su tranquilidad seguramente se debe al hecho de que es venenoso.
Cuando un depredador, digamos, un tiburón, decide morder esa cosa flotante, se pincha con algunas espinas (en donde hay una toxina que produce un dolor tremendo) y recibe el veneno que, aunque no es mortal, es un potente disuasivo. En pruebas se ha podido constatar que algunos peces locales (morenas y peces sapo) pueden comerlos sin hacerse daño.
Pero además, el pez león tiene una altísima tasa reproductiva y como dispone de tanto qué comer, se ha instalado a sus anchas en el Caribe.
Pez León… ¿Venenoso y comestible?
Parece muy loco, pero sí. Yo mismo comí pez león. El animal sólo tiene toxinas en algunas espinas de las aletas, y la inyección del veneno solo ocurre cuando está vivo, de modo que, una vez capturado, basta con esperar más o menos media hora para que la toxina pierda su capacidad de hacer daño. Sólo hay que quitar las aletas (procurando no tocarlas con las manos desnudas) y luego podemos filetearlo, asarlo, freírlo o hacer ceviche. Quien escribe lo probó en varias presentaciones, y puedo asegurarles que tienen una carne muy buena.
¡Pero primero, hay que pescar la comida!
Partimos muy temprano desde Caracas hasta el puerto de Carenero, en donde nos esperaban unas lanchas de pesca a las que llamamos “peñeros”. El viaje a La Tortuga tardó 5 horas por la condición del mar, pero normalmente, a pesar de que la corriente va en contra, dura solo tres.
Se inauguró la válida con la participación de 40 equipos de dos personas cada uno. en distintas categorías. Básicamente, había buceadores a pulmón (apnea) y con tanque (scuba). Ellos se hicieron a la mar alrededor de las 8 de la mañana a buscar el codiciado trofeo. Mientras los pescadores se desplazaban con los baquianos a los puntos de avistamiento en los que suponían podía haber más peces león, el equipo de trabajo se quedó en el campamento, poniendo todo a punto en dos áreas: el laboratorio científico, y la cocina.
Aquí entra el espectacular trabajo realizado por Rómulo Hidalgo y Ricardo Castillo, quienes hacen una trabajo excelente de cocina a 4 manos, en el que cocinan y cantan a la vez. Hidalgo, además, es conductor del programa “La Alquimia del Chef”; y desde temprano esos dos empezaron a preparar mezclas, especias, leche de coco, y otras delicias que iban apareciendo.
A modo de calentamiento, los muchachos de Surconciente y Ricardo, que además es músico y canta de maravilla, ensayaban temas de Alí Primera, de Aute y de Silvio, mientras este negro hacía fotos, picaba naranjas, o traía bebidas a los acalorados cocineros, y también se metía en el canto.
Por otra parte, unos chicos muy comprometidos, estudiantes del Hotel Escuela y quienes se encontraban con nosotros, hicieron una sopa que nos devolvería la vida más tarde.
Pesca abundante
A las 12 empezaron a llegar los equipos de pescadores, y el primero en llegar trajo 28 ejemplares, de entre los cuales estarían algunos de los más grandes. Inmediatamente se activó el equipo de La Salle (el citado ictiólogo Lasso-Alcalá, los biólogos Wisneiby Benavente, Carlos Soucre; Danimar López, Elena Quintero, Brirelys Conde y Vanessa Ilukewisch) que, aunque estaba trabajando en lo suyo desde las 9 más o menos, en ese momento inició un duro trabajo de clasificación, pesaje, medición y muchas otras pruebas, que duraron cerca de 7 horas más.
El primer ejemplar pesó 1,6 kilos, pero el más grande de toda la captura midió 37 cm y pesó 1,7 kilos.
Al final de la jornada se habían recolectado 362 ejemplares de Pez León, algunos de los cuales se quedaron en la bolsa de los científicos, debido a sus características especiales. La mayoría cayó en manos de un equipo de voluntarios que se dedicó a limpiar y filetear los pescados. La carne llegaba a la cocina en gaveras, y en cada vuelta llegaban 5 o 6 kilos.
Es notable que se haya atrapado una cantidad tan grande de una misma especie, pescando únicamente con arpón. Eso significa que su población en la isla La Tortuga es densa. Del estómago de uno de estos depredadores fueron extraídas 12 sardinas, y tenían depósitos de grasa corporal. ¡Peces obesos!. Otro indicador de que están sobrealimentados y son muy exitosos en su colonización del Caribe venezolano.
Los chefs en su máxima expresión…
Rómulo Hidalgo y Ricardo Castillo (con su ayudante José Alejandro Paredes, la patrona Ingrid Pire, y los auxiliares que fueron incorporándose) hicieron un extraordinario trabajo. Después de haber pasado el día bregando duro para hacer grandes cantidades de pez león en ceviche y ¡atención! galletas de ocumo al mango y coco, rellenas de pez león, montaron un improvisado set de TV en el que hicieron la demostración de las técnicas para cocinar este pescado que, en realidad, una vez que se le quitan las espinas venenosas de las aletas, son las mismas que para preparar cualquier otro pescado de carne blanca.
La degustación fue exquisita y así lo pudieron certificar los 150 asistentes al evento. Este negro, al final del día, agarró un vaso del ceviche que quedaba y lo mezcló concienzudamente con la salsa de curry y otras especias que habían preparado estos genios, y completó su banquete con un sabor completamente nuevo. ¡Anótenme ahí para La Alquimia…!
La noche llegaba a su fin con la ceremonia de premiaciones, en las que se destacó el equipo local (pescadores de La Tortuga) que con equipos mínimos y mucho menos experiencia en arpón que en redes, anzuelos y otras artes de pesca, logró el segundo lugar en una de las categorías. Se entregaron más de 20 premios.
Para cerrar un evento redondo en su concepto, aunque muy complicado en su ejecución, llegó el turno de una velada sin luz eléctrica, sin ruido alguno, sólo el arrullo marino, la brisa en los banderines, y alguna que otra risa lejana. En ese contexto, sin necesidad de micrófonos ni dolby surround, las hermosas voces de Manuela y Ariana, igualmente hermosas, pusieron canto de trova y revolución a la noche tortugueña. Yo también cogí la guitarra y me anoté en la cantadera… Alí, Silvio, Gualberto, Henry Martínez… es que en oriente mi hermano, la mar tiene otro color… Paredes estaba en el octavo sueño, agotado por la ruda faena del día.
Nos acompañaron hasta la 1 de la madrugada, más o menos, los pescadores artesanales, los lancheros; los habitantes de ese paraíso y unos cuantos de los pescadores deportivos que, a pesar de su tendencia política, tuvieron la sensibilidad para apreciar el canto y la buena intención de quienes no tenemos otro repertorio que el nuestro.
El viaje de regreso fue mucho más relajado por dos razones; ibamos con la corriente a favor y no en contra; y como se habían ido los peñeros mientras nosotros recogíamos todo el perolero que los humanos necesitamos para pasar unas horas en donde los demás animales se apañan por sus propios medios; tuvimos la suerte de volver a Carenero en un yate espectacular de la gente de Top Fish.
En el camino nos encontramos con una enorme escuela de delfines, que casi posaron para mi lente ávido de imágenes.
Los dejo con el enlace a la selección de fotos que he publicado en un álbum de Facebook, en donde pueden disfrutar de algunos delfines, y un poco más de este intenso y hermoso viaje. ¡Me encantó La Tortuga!
3 Comentarios
Anónimo
No seria mas conveniente que Ud se documentase adecuadamente si este pez es realmente comestible, pues la información a la que he accesado indica que produce ciguatera con riesgo de intoxicación y de vida para quien los ingiera.
Eduardo Parra Istúriz
Estimado anónimo: ¿leyó el texto? ¿notó que había un grupo de biólogos marinos en la expedición? Puede que le parezca que está poco documentado, porque no cito libros ni trabajos de investigación previos; pero allí estaba la gente de Fundación La Salle, liderados por Oscar Lasso Alcalá, explicándonos con gran detalle cómo consumir el pez con seguridad. Yo mismo explico el método en un párrafo dedicado a eso:
"Parece muy loco, pero sí. Yo mismo comí pez león. El animal sólo tiene toxinas en algunas espinas de las aletas, y la inyección del veneno solo ocurre cuando está vivo, de modo que, una vez capturado, basta con esperar más o menos media hora para que la toxina pierda su capacidad de hacer daño. Sólo hay que quitar las aletas (procurando no tocarlas con las manos desnudas) y luego podemos filetearlo, asarlo, freírlo o hacer ceviche. Quien escribe lo probó en varias presentaciones, y puedo asegurarles que tienen una carne muy buena."
Coma pez león con tranquilidad, que es sabroso y bueno. Eso sí, cuando los capture, espere a que estén muertos y saque las aletas por completo. No consuma sus vísceras tampoco. La carne es excelente.
maryyvale
!que buena manera de hacer un reportaje hermano! abrazos